EL LLANO EN LLAMAS (1953)
Serie de diecisiete cuentos en los que Juan Rulfo trata entre otros asuntos, el problema de la tierra. La tierra infértil como la del relato de Luvina y Nos han dado la tierra, en dónde los personajes caminan por la tierra que les han dado haciendo referencia a ella como un comal acalorado en donde si siembran, no crecerá nada, ni zopilotes. Dicho cuento tiene como referencia el código histórico político y concretamente hace alusión a la reforma agraria y a la repartición de la tierra incrementada durante el sexenio de Cárdenas. Macario, primer cuento con el que arranca el libro, es un joven que por órdenes de su madrina se dedica a matar ranas al salir de las alcantarillas, ya que ella lleva días sin poder dormir a causa del escándalo.
Es que somos muy pobres trata la historia de una familia muy
humilde por la que pasan todas las desgracias y el temor de los padres de que
Tacha, su hija más chica, se convierta en una prostituta como sus hermanas
mayores, que decidieron tomar ese camino a causa de la pobreza y mala suerte
que las perseguía.
Narrados la mayoría de ellos en primera y tercera persona,
Rulfo recrea un ambiente a lo largo de los cuentos con seres que viven en un
estado de magia. El presente para ellos es trágico y la nostalgia del pasado y
el recuerdo es una constante. El autor logró retratar la problemática del campo
y la provincia jaliscienses a través de un realismo mágico que autores como
Jorge Luis Borges y García Márquez le reconocen ampliamente.
PEDRO PÁRAMO (1955)
Pedro Páramo es la historia de un pueblo que, sometido al poder despótico del cacique Pedro Páramo, ha quedado reducido a cenizas. Cuando Juan Preciado, protagonista de la novela e hijo de Pedro Páramo, llega a Comala, movido por el deseo de conocer a su padre, se encuentra con la cara más amarga del abandono y la desolación. Y es que, en realidad, en Comala ya no queda nadie, sólo lamentos y quejas; las ánimas de los muertos que murieron sin saberlo.
Gracias a estos murmullos, Juan Preciado va reconstruyendo la historia del pueblo, pero, cuando quiere darse cuenta, ya es demasiado tarde para salvarse; es así como Rulfo lo presenta enterrado en el subsuelo, murmurando junto al resto de los personajes sobre sus intenciones frustradas.
La novela se presenta como un confuso mundo donde la distinción entre la vida y la muerte no es del todo clara, donde la historia del padre se entremezcla con la del hijo y donde la ficción y la realidad conviven en una aparente armonía. Para ello, Rulfo se sirve de una sintaxis sencilla, depurada, pleonástica y de una estructura compleja en la que sorprendentes vacíos y continuos saltos cronológicos transmiten esa idea de pecado que ahoga a los habitantes de Comala.
Al igual que Comala, Juan Preciado muere sin haber alcanzado sus propósitos, pues son precisamente las ilusiones frustradas las que anulan la esperanza de seguir viviendo y matan a quien cae en el desánimo.
EL GALLO DE ORO (2010)
“El Gallo de Oro”, es la segunda novela de Juan Rulfo y fue poco valorada por la crítica profesional, quizá debido a que fue considerada primero como un “guion cinematográfico”. Sin embargo, la posterior defensa de su cualificación como obra literaria que intentó liberarla de sus ataduras cinematográficas, corre el riesgo de dejar de lado el interés de Rulfo por el cine, recordemos también, al pasar, que ejerció la fotografía con mucho arte. [Su obra fotográfica se formó entre 1940 y 1955, tiempo en el que produjo unas 6000 fotografías en blanco y negro y unos 1000 negativos en color, mientras viajaba por todo México debido a su trabajo].El Gallo de Oro, no es pues, ni un guion cinematográfico ni un “texto para cine” (como decía el título con el que se lo publicó por primera vez), no obstante, como sostiene Douglas J. Weatherford (3), no hay que olvidar su enlace con los intereses cinematográficos de Rulfo. Salvando las distancias, podemos comprarlo con la obra del escritor Manuel Puig, que también vivó en México, en el que se ve claramente su filiación con el cine.
El Gallo de Oro es una novela, si nos atenemos a la sencilla distinción que realizan Deleuze y Guattari (4). En una novela corta todo se organiza en torno a la pregunta “¿Qué ha pasado?”, el cuento por el contrario, se organiza respondiendo a la pregunta: “¿Qué va a pasar?”. En la novela siempre pasa algo, en “su eterno presente viviente (duración)”, integra elementos de la novela corta y del cuento. Precisamente en la obra de Rulfo, en sus narraciones y en sus dos novelas encontramos este “eterno presente”, con una intensidad tal que, en palabras de Ramón Xirau, en Rulfo “sólo queda el presente” (5), un presente desolador, de hondísima tristeza. Al reunir Juan Rulfo en su obra, el lenguaje poético y el lenguaje popular, también mezcla magistralmente realidad y fantasía.
Sus cuentos y la novela Pedro Páramo están escritos en primera persona, en cambio, en El Gallo de Oro se trata de un narrador omnisciente, es uno de los detalles que la hace diferente a su obra, sin embargo, están presentes en ella los demás registros comunes a toda su narrativa: El futuro herméticamente cerrado, el fatalismo, los personajes “determinados por lo que han hecho, quedan inmóviles ante su destino”.
El Gallo de Oro es una novela, si nos atenemos a la sencilla distinción que realizan Deleuze y Guattari (4). En una novela corta todo se organiza en torno a la pregunta “¿Qué ha pasado?”, el cuento por el contrario, se organiza respondiendo a la pregunta: “¿Qué va a pasar?”. En la novela siempre pasa algo, en “su eterno presente viviente (duración)”, integra elementos de la novela corta y del cuento. Precisamente en la obra de Rulfo, en sus narraciones y en sus dos novelas encontramos este “eterno presente”, con una intensidad tal que, en palabras de Ramón Xirau, en Rulfo “sólo queda el presente” (5), un presente desolador, de hondísima tristeza. Al reunir Juan Rulfo en su obra, el lenguaje poético y el lenguaje popular, también mezcla magistralmente realidad y fantasía.
Sus cuentos y la novela Pedro Páramo están escritos en primera persona, en cambio, en El Gallo de Oro se trata de un narrador omnisciente, es uno de los detalles que la hace diferente a su obra, sin embargo, están presentes en ella los demás registros comunes a toda su narrativa: El futuro herméticamente cerrado, el fatalismo, los personajes “determinados por lo que han hecho, quedan inmóviles ante su destino”.